miércoles, 1 de junio de 2011

Lengua

En los últimos tiempos se discute mucho sobre si la lengua es machista. Supongo que habrá que estudiar el caso punto por punto. Entiendo que el común de los humanos son introducimos a veces en debates por pasión y no del todo por conocimiento técnico de una materia. Creo que sí hay parcelas de la lengua que pueden ser interpretadas como de uso machista, si bien hay otros usos que se están imponiendo, con los que no estoy de acuerdo, puesto que violan propiedades fundamentales de casi cualquier "lengua natural". Me estoy refiriendo al tan conocido comienzo de discursos diciendo "Compañeros y compañeras", en lugar de "compañeros".

Entiendo que hay que diferenciar entre género gramatical y género biológico. Por esto, por economizar en la lengua, las terminaciones no marcadas incluyen a las marcadas, en muchos de los casos de generalizaciones de seres animados. No hay que entender en esto hecho discriminatorio, pues del mismo modo el conjunto de los hombres podría "quejarse por no tener un genérico que se refiera exclusivamente y sin duda a hombres, cuando las mujeres sí lo tienen: obsérvese que cuando decimos "todos", podemos referirnos a hombres y mujeres, y sin embargo cuando decimos "todas", exclusivamente nos referimos a mujeres.

Bueno, no me enrollo más, espero que esto sirva para ilustrar y debatir apaciblemente con espíritu constructivo.

Les dejo un texto de la RAE que explica bien el hecho lingüístico. (Lo que sí debería cambiar radicalmente, por supuesto, es que esta institución tuviera un equilibrio mayor entre hombres y mujeres)

Un saludo.

2. USO DEL MASCULINO EN REFERENCIA A SERES DE AMBOS SEXOS
2.1. En los sustantivos que designan seres animados, el masculino gramatical no solo se emplea para referirse a los individuos de sexo masculino, sino también para designar la clase, esto es, a todos los individuos de la especie, sin distinción de sexos: El hombre es el único animal racional; El gato es un buen animal de compañía. Consecuentemente, los nombres apelativos masculinos, cuando se emplean en plural, pueden incluir en su designación a seres de uno y otro sexo: Los hombres prehistóricos se vestían con pieles de animales; En mi barrio hay muchos gatos (de la referencia no quedan excluidas ni las mujeres prehistóricas ni las gatas). Así, con la expresión los alumnos podemos referirnos a un colectivo formado exclusivamente por alumnos varones, pero también a un colectivo mixto, formado por chicos y chicas. A pesar de ello, en los últimos tiempos, por razones de corrección política, que no de corrección lingüística, se está extendiendo la costumbre de hacer explícita en estos casos la alusión a ambos sexos: «Decidió luchar ella, y ayudar a sus compañeros y compañeras» (Excélsior [Méx.] 5.9.96). Se olvida que en la lengua está prevista la posibilidad de referirse a colectivos mixtos a través del género gramatical masculino, posibilidad en la que no debe verse intención discriminatoria alguna, sino la aplicación de la ley lingüística de la economía expresiva; así pues, en el ejemplo citado pudo —y debió— decirse, simplemente, ayudar a sus compañeros. Solo cuando la oposición de sexos es un factor relevante en el contexto, es necesaria la presencia explícita de ambos géneros: La proporción de alumnos y alumnas en las aulas se ha ido invirtiendo progresivamente; En las actividades deportivas deberán participar por igual alumnos y alumnas. Por otra parte, el afán por evitar esa supuesta discriminación lingüística, unido al deseo de mitigar la pesadez en la expresión provocada por tales repeticiones, ha suscitado la creación de soluciones artificiosas que contravienen las normas de la gramática: las y los ciudadanos.
2.2. Para evitar las engorrosas repeticiones a que da lugar la reciente e innecesaria costumbre de hacer siempre explícita la alusión a los dos sexos (los niños y las niñas, los ciudadanos y ciudadanas, etc.; → 2.1), ha comenzado a usarse en carteles y circulares el símbolo de la arroba (@) como recurso gráfico para integrar en una sola palabra las formas masculina y femenina del sustantivo, ya que este signo parece incluir en su trazo las vocales a y o: l@s niñ@s. Debe tenerse en cuenta que la arroba no es un signo lingüístico y, por ello, su uso en estos casos es inadmisible desde el punto de vista normativo; a esto se añade la imposibilidad de aplicar esta fórmula integradora en muchos casos sin dar lugar a graves inconsistencias, como ocurre en Día del niñ@, donde la contracción del solo es válida para el masculino niño.

La Fuente:
http://www.forofeminista.es/discusioacuten-general/lengua/

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